Las Casas de Reposo
Un tema muy controversial
Antiguamente eran regentados por los sacerdotes y monjas, como un acto de caridad con el anciano desamparado, para aquellos que no tenían un techo donde dormir y ni un pan que llevarse a la boca, eran llamados “asilo de ancianos” (asilo del latín “asilos” que significa refugio), posteriormente fueron denominados hospicios, relacionados a los ancianos moribundos.
Conforme fueron progresando las sociedades, estos asilos dejaron de pertenecer a los curas y pasaron a formar parte del Estado y se denominaron “centros de beneficencia”.
De acuerdo a las Naciones Unidas “la Salud es un Derecho Humano inalienable y no negociable, al que todas las personas deberían de acceder” y por otra parte, los adultos mayores son considerados “población vulnerable”, por lo que requeriría del cuidado y protección tanto por el Estado como por la Sociedad, aunque en nuestra sociedad se observa todo lo contrario.
Actualmente se vive mucho más, aumentando dramáticamente el número de adultos mayores, muchos de ellos en situación de discapacidad o dependencia y por otro lado, las familias se han reducido en número, así mismo el rol de la mujer en la sociedad ha cambiado y ya no se queda en la casa a cuidar de los padres sino que tiene sus propios trabajos y profesiones.
De tal manera que al disminuir el número de hijos, al haber cambios en el rol de la mujer dentro de la sociedad y por otro lado el aumento de la esperanza de vida pero con un aumento de la enfermedad crónica, con ancianos con discapacidad o dependencia que requiere del cuidado permanente de otra persona, de tal manera que no pueden quedarse solos en casa, crea la necesidad de un lugar donde permanecer, surgiendo de una manera casi explosiva las casas de reposo o centros geriátricos.
En el Perú las casas de reposo son negocios familiares y como todo negocio el objetivo es obtener una ganancia económica. Existe en la actualidad una normativa por parte del Ministerio de la Mujer y Población Vulnerable (DECRETO SUPREMO Nº 009-2010-MIMDES) en donde dan una serie de Normas para el adecuado funcionamiento y la obtención de la licencia de funcionamiento de estos centros.
Las casas de reposo en la actualidad son un mal necesario, puesto que lo ideal es que el familiar adulto mayor viva y finalmente fallezca en su domicilio, las circunstancias en algunas situaciones obligan a llevar a nuestros familiares a estos centros privados. Lo ideal es contratar a un cuidador para que lo atienda en la casa mientras los hijos trabajan o viven fuera de la ciudad o en general tienen sus propios problemas. Por esa razón no debemos de juzgar a un hijo que lleva a su familiar a una casa de reposo, pues cada uno tiene sus propios problemas y estoy seguro que para haber tomado una decisión como ésta, lo han debido de pensar muchas veces.
Recomendaciones para elegir una casa de reposo
1. Que quede cerca al domicilio, para acudir de manea regular a visitar a nuestros familiares y por otro lado estar atentos a cualquier emergencia. Es un tabú creer que una casa fuera de la ciudad como en Chosica o Cieneguilla es mejor, para que le dé el sol; pues la lejanía hará que no vayamos a visitar a nuestros padres.
2. Que tenga licencia de funcionamiento, la formalidad en este tipo de instituciones privadas es fundamental. Se supone que para que el Estado le haya otorgado la licencia de funcionamiento, ha pasado un control de calidad, por el Ministerio de la Mujer, el municipio del distrito en donde queda ubicada y por Defensa Civil.
3. Que tenga un médico responsable, que no necesariamente esté de manera permanente todo el tiempo las 24 horas pero sí que conozca a los ancianos residentes.
4. Que cuente con una enfermera licenciada para la administración diaria de las medicinas.
5. Que haya limpieza y buena higiene.
6. Que cuente con personal interdisciplinario, terapeutas físico, ocupacionales, psicólogos, nutricionista etc.
7. Que tenga puertas abiertas para visitas, algunas casas de reposo no dejan que acudan a visitar a su paciente, argumentando que no es hora de visita.
8. Que cuente con personal empático con el adulto mayor.
9. Que ofrezcan una buena dieta balanceada.
10. Que sea asequible económicamente.
Bueno ahora me voy a visitar a mi tía Juanita y voy a llevarle un bizcocho a la casa de reposo.
Dr. Carlos Sandoval Cáceres
Médico Geriatra
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