Ayer me encontré con un colega Oscar de 55 años, en la puerta de emergencia del hospital y me comentó que viajaba a Miami al matrimonio de su madre, Ana viuda de 75 años, con Pepe un cubano soltero de 73 que se habían conocido en el Club del Adulto Mayor de Miami. Mi amigo iba a ser el padrino que entregaría a la feliz novia al feliz novio.
Ya se ha escrito y dicho en innumerables ocasiones que para el amor no hay edad, y que cuando Cupido dispara sus flechas, no mira edades, pero el tema de la sexualidad en la tercera edad continúa siendo un tema tabú y muchas veces objeto de chistes crueles y dichos fuera de lugar.
Mientras las personas tengan la edad que tengan y sean libres de amar, el amor debe de ser bienvenido y aceptado.
Ojala muchas personas sigan el ejemplo de Ana y Pepe que nuevamente se dan una oportunidad pues la vida es una sola y el ejemplo de Oscar el hijo que apoya a su madre para que sea feliz.
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