Ítalo de 89 años, sufría por tercera vez influenza en su vida, la última fue muy agresiva tanto así que fue hospitalizado y se complicó con una neumonía. En la consulta su geriatra le dijo que debía vacunarse, ese año Ítalo no se enfermó.
La influenza no es el resfriado común, que nos da muchas veces, sino un cuadro que compromete todo el cuerpo y da la sensación que nos rompen los huesos, con malestar general, fiebre, falta de apetito y en ocasiones se complica con otra enfermedad más grave que puede llevar a la muerte.
El programa de vacunaciones del gobierno, administra de manera gratuita la “vacuna contra la influenza”, y debe de administrarse antes del invierno, se recomienda durante los meses de abril y mayo, antes que el frío se asiente.
Hoy en día hay campañas irresponsables contra las vacunas, pero las vacunas representan el gran aporte de la medicina contra muchas enfermedades y nos han librado de grandes pestes, epidemias y sus secuelas de muerte y desolación.
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