Amelia de 84 años, dormía plácidamente cuando de pronto sintió que le movían la cama, luego un fuerte ruido. El piso, las lámparas comenzaron a temblar, incluso se cayó al suelo la estatuilla de San Martin de Porras su Santo querido. Amelia se encontraba ante un fuerte temblor.
Durante el temblor Amelia vio cómo todos los miembros de su familia, hija, yerno y nietos salían corriendo a la calle dando gritos y alaridos.
Amelia permaneció quieta en su cama, sacó su rosario y se encomendó a la Virgen María rezando por todos.
Si bien es cierto los sismos nos causan mucho temor y pánico, más es el riesgo de caerse y golpearse por la desesperación que por el sismo mismo. Podrían darse accidentes fatales como una fractura de cadera. Hay que mantener la calma y que no cunda el pánico. Ir a lugares seguros de preferencia una columna y alejarse de las ventanas.
Sigamos el ejemplo de Amelia, un ejemplo de templanza que les dio tranquilidad a todos.

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