Juan es hijo único de 50 años, Víctor su padre que quedó viudo hace muchos años. Víctor tiene Alzheimer y requiere cuidados constantes, es decir Víctor es dependiente total.
Juan trabaja todo el día y no tiene tiempo para atender a su padre. Esto en un gran dilema porque la única opción es contratar a una persona para que lo atienda en casa o llevarlo a una casa de reposo. Juan se siente mal porque cree que es un mal hijo.
Las Casas de reposo vienen funcionando desde hace muchos años,
inicialmente eran administrados por religiosos que atendían ancianos
menesterosos sin familia. En la actualidad debido al aumento de la esperanza de vida se han convertido en una alternativa para llevar a los adultos mayores para que tengan un lugar donde ser atendidos con dignidad y buena calidad de vida. Hay que escoger una buena casa de reposo. No es ningún acto de maldad llevarlos ahí. Víctor está muy bien atendido y Juan lo visita todos los días.

Un comentario en «Las Casas de Reposo»
  1. Su padre le dió todo para que sea un hombre logrado. Por ende,el hijo tiene la obligación de atenderlo,si no personalmente, con una persona especializada, pero en la casa. Que esa casa sea la casa de reposo del padre. No deshacerse de él porque ya es una carga.

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