Lily de 85 años, profesora jubilada y con tres hijos que no viven con ella. Siempre ha sido activa y funcional, pero últimamente esta olvidadiza y distraída. Un día salió a la calle y se perdió, otro día dejó encendida la hornilla de la cocina y le regaló su sueldo a un desconocido.
En casa tuvo una caída, estuvo tirada en el piso toda la noche hasta la mañana que llegaron sus hijos, les aconsejé que la llevaran a una casa de reposo.
Las casas de reposo, eran casas de caridad, hoy son negocios particulares, brindan un servicio y se paga por ello. Lo ideal es que el adulto mayor viva y muera en su casa, incluso se recomienda contratar a un cuidador para que esté con él en casa y lo asista, pero muchas veces no se puede y la única opción es llevarlos a un geriátrico.
No debemos de juzgar a quienes llevan a sus padres a una casa de reposo, cada caso es diferente y nadie sabe lo de nadie. La casa debe estar cerca para visitarlos con frecuencia y acudir rápidamente en caso de emergencia, tener licencia de funcionamiento y que se pueda ir todo el día, en especial las horas de comida para ver qué comen nuestros padres.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Abrir chat
1
Escanea el código
Hola
¿En qué podemos ayudarte?