Roberto de 78 años, hipertenso desde hace más de veinte años, tomaba sus
medicinas “solo cuando se acordaba”, decía que no sentía ninguna molestia.
Un día, sintió adormecimiento de la cara y luego no podía mover el lado
derecho de su cuerpo. Acudió a emergencia y le encontraron una presión
arterial de 190/100. Luego de estabilizarlo le ordenaron una tomografía de
cerebro y le diagnosticaron infarto cerebral.
En el infarto cerebral, no le llega sangre a una zona del cerebro, o seas, no le
llega oxigeno allí y dicha zona afectada muere. Es la tercera causa de muerte y
se asocia a la presión arterial mal controlada entre otras. Una vez instalada no
tiene tratamiento con medicinas sino el control de los factores de riesgo y un
programa de rehabilitación integral.
No sigamos el ejemplo de Roberto, tomemos de manera regular las medicinas
indicadas y no esperemos sentirnos mal para recién hacerlo pues las
consecuencias pueden ser fatales.

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