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Julia de 85 años, no le gusta salir de su habitación, sufre de artrosis y tampoco
le gusta tomar agua. Solo bebe cuando toma sus medicinas para el dolor. Un
día de enero, despertó con la ropa de dormir mojada, durante todo el día
estuvo con tendencia al sueño, decir incoherencia y finalmente perdió la
conciencia. Fue llevada a emergencia, tenía fiebre, presión baja y pulso
acelerado. Julia había presentado un golpe de calor.
El “Golpe de Calor”, es el aumento de la temperatura del cuerpo por una
exposición al sol, hacer ejercicios en ambientes calurosos o con poca
ventilación, al punto que el cuerpo pierde agua y sales esenciales para su buen
funcionamiento. El Hipotálamo el órgano que regula la sed y el calor, muchas
veces tiende a atrofiarse conforme progresa la edad y el adulto mayor no siente
el calor ni la sed.
No permitamos que a nuestros adultos mayores les suceda lo que le sucedió a
Julia, beber e hidratarse este verano, mantener los ambientes ventilados y
evitar exponerse directamente al sol

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