La semana pasada me encontré con un colega, Luis de 55 años, quien me contó que se iba a
Miami al matrimonio de su Madre Luisa de 78, en donde él iba a ser el padrino de bodas y
entregar a la novia al futuro esposo. Luisa conoció a Juan un cubano de 80 años, carpintero
jubilado.
Muchas veces consideramos como un tema tabú el hecho que dos personas adultas mayores
en pleno uso de sus facultades decidan comprometerse como pareja.
Definitivamente para el amor no existe una edad determinada, existe una sexualidad infantil,
una de los adolescentes, una de los adultos y otra sexualidad de los adultos mayores. Y todas
son completamente normales, diferentes una de otras con sus propias características.
Debemos de ver a la sexualidad como algo completamente normal, dejar los prejuicios.
Luis acudió a la boda, la llevó del brazo y la entregó a su orgulloso novio. Luisa y Juan están de
luna de miel en el Caribe disfrutando de su nueva vida.
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