¿Se le debe de comunicar el diagnostico al paciente anciano ?
Este es un tema muy controversial y complejo, en mi práctica clínica veo a menudo a hijos que se me acercan para preguntarme sobre el diagnóstico y el pronóstico de la enfermedad de su padre o de su madre y luego de escucharlo atentamente, y como si meditaran un poco, me piden o me lo exigen, de manera «muy diplomáticamente» : «Dr que mi padre/madre no se vaya a enterar de su diagnóstico. Si se entera de su diagnóstico se muere ahi nomás».
Me pregunto yo , ¿es justo eso ? ¿Es justo o injusto dejar a la persona interesada privada del conocimiento de su diagnóstico?. Yo pienso, y esto es mi opinión personal, esperaré luego sus comentarios, que uno debe de enterarse sea cual sea la noticia, o el resultado de ese diagnóstico ya que uno es el dueño de su vida. Muchas veces los hijos tratan de «proteger» a los padres del impacto de una mala noticia, pero lo que no saben los hijos es que, quienes están mejor preparados para recibir noticias malas y desagradables son los propios padres, sobretodo cuando éstos ya son ancianos y han pasado la barrera de los 70 u 80 años.
Claro está de que es muy desagradable enterarse de que uno tiene el diagnóstico de cáncer y se va a morir pronto, o que tiene el Mal del Parkinson y que luego de algunos años va a ser una persona dependiente o en fin, cualquier mala noticia.
Es peor aún cuando los hijos le ocultan a sus padres la muerte de alguna amistad querida o de un ser querido sanguíneo directo. Dije lineas arriba de que los ancianos son las personas mejor preparadas para recibir estas noticias porque son las que mejor están en contacto con la muerte y las enfermedades. A cierta edad empiezan a irse los amigos de la escuela, los primos de la generación, (comenzando generalmente por los de mayor edad), los vecinos, y amigos generacionales. El anciano como que de una u otra manera se va preparando para el momento en que a él le toque su momento.
Ahora bien, otra cosa es el tema de cómo comunicar una mala noticia, allí considero que el médico, la enfermera, el psicólogo y en general el personal de salud, debe de tener mucho arte y ciencia para hacerlo. No se debe de decir las verdades a «rajatabla» de «zopeton» o de «porrazo», se debe decir con calma, con respeto y con mucha humanidad, de repente de a pocos y en partes. Cuando tengo que ser yo quien debe de dar la mala noticia, lo primero que le voy diciendo al paciente (de manera de que se vaya preparando) es que por el momento el diagnóstico no es claro y que hay que esperar los resultados para confirmar el mismo, pero por lo que voy viendo, el cuadro clínico no lo veo bueno, pero hay que esperar , falta la confirmación, es decir, «la última palabra» y así poco a poco se va avanzando lentamente hasta confirmar el diagnóstico. Luego explicarle al paciente si se puede o no luchar con dicha enfermedad y de que hay que esperar la opinión de los demás especialistas para el tratamiento indicado. Pero sin inventar o crear falsas expectativas pero tampoco quitando las esperanzas.
Decirle al paciente de que cuente con uno hasta el final, que uno no solo es su médico sino un amigo y que lo tenga bien claro.
Todo eso le dará tiempo al paciente para arreglar algunas cosas importantes en sus etapas finales de su vida, desde temas administrativos como el pago de deudas y haberes, herencias y seguros hasta temas más afectivos como la reconciliación con el hermano, la hija o el amigo enemistado hace mucho tiempo, la oportunidad de conocer al nieto o bisnieto que nunca conoció o volver a ver su tierra donde nació por última vez, en fin son muchas las cosas que un anciano quiere hacer pero por falta de comunicación y por «protección» de los hijos no se les permite hacer.
Hasta pronto.
Dr. Carlos Sandoval Cáceres
Geriatra
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