Artículo publicador por Diario UNO el 27 de diciembre de 2015
Apenas escuchamos decir la palabra demencia, inmediatamente nuestra mente lo asocia con la enfermedad o mal de Alzheimer, pues esta enfermedad, la de Alzheimer es la demencia más frecuente en el mundo occidental, la más estudiada y más conocida entre todas. Pero no es el único tipo de demencia, pues existen otros tipos más como la demencia vascular, la demencia fronto temporal, la demencia con cuerpos de Lewis, las demencias asociadas a falta de vitaminas, hipotiroidismo, secuela de alcoholismo, algunas infecciones crónicas como sífilis, sida tuberculosis etc.
En Japón, la India y otros importantes países asiáticos la demencia vascular es la primera causa de las demencias.
VEAMOS LA HISTORIA DE ELVIRA
Elvira era la clásica abuela querendona, muy querida por hijos, nietos, sobrinos y amigos, famosa por su buena sazón, era especialista en cocinar comida criolla, tenía 70 años cuando presentó su primer infarto cerebral. Elvira sufría de hipertensión arterial y solía presentar valores muy elevados de la presión arterial como de 180 mmHg de presión sistólica (más conocida como la máxima) y 100 mmHg de presión diastólica (la mínima), sin que le ocasionara mayor sintomatología. Tanto es así que solía bromear con los médicos cuando estos le medían la presión en la consulta médica y se alarmaban por tan altos valores de presión arterial.
Elvira, se reía y les decía a los médicos que no se alarmen que para ella esos valores “eran normales” y estuvo viviendo con esas presiones arteriales por años, hasta que un día presentó un cuadro de intenso dolor de cabeza, dificultad para hablar y finalmente debilidad en la mitad de su cuerpo derecho, pues no podía mover el brazo ni la pierna derecha. Acudió a emergencia, en donde luego de ser evaluada por los médicos y observada la tomografía axial computarizada de su cerebro, se determinó que Elvira sufrió un infarto cerebral extenso.
Estuvo hospitalizada durante 10 días hasta que comenzó a recuperar el habla y el movimiento del brazo y la pierna derecha, luego de algunas sesiones de terapia física y terapia ocupacional, Elvira fue dada de alta, con la indicación de que continuara las terapias de manera ambulatoria, situación que realizó responsablemente, siendo llevada a las terapias por su hija María Gracia.
VOLVIÓ A CAMINAR
La recuperación de Elvira fue muy buena, volvió a caminar, incluso volvió a cocinar, pero su actitud en general era más lenta, lo mismo que sus reflejos y hacía mucho esfuerzo para recordar palabras. La falla de la memoria continuó empeorando hasta que dejó de recordar cosas más sencillas como nombres de personas palabras y palabras muy comunes. Acudió al geriatra para la evaluara y éste diagnosticó que Elvira presentaba Demencia vascular.
La evolución fue tórpida y en los cinco años posteriores Elvira pasó a ser una persona dependiente incluso para caminar, vestirse, controlar sus esfínteres hasta que finalmente quedó postrada en su cama.
ARTERIOESCLEROSIS SENIL
La demencia vascular antiguamente conocida a principios del siglo pasado como arterioesclerosis senil o, demencia arterioesclerótica en donde existe una magnífica descripción de dicha enfermedad en el libro del médico y sabio español Don Santiago Ramón y Cajal “El Mundo Visto a los Ochenta Años: Impresiones de un Arterioesclerótico” en 1918 y luego en la década de los setentas como demencia tipo multiinfarto título dado por el neurólogo Vladimir Hachinski, actualmente se denomina demencia vascular ya que el termino multi infarto está relacionado solo a los infartos, siendo el aspecto vascular mucho más amplio en donde se incluirían trastornos del endotelio, de la coagulación, malformaciones congénitas, trastornos inflamatorios tipo vasculitis, hemorragias etc.
Los factores de riesgo conocidos para adquirir éste tipo de demencias son los relacionados al corazón y al endotelio (la capa interna que recubre los vasos sanguíneos, que es muy importante en la fisiología de toda la circulación, la presión arterial y el sistema hormonal). Entre los más importantes destacan la hipertensión arterial, la diabetes mellitus, el colesterol elevado, la vida sedentaria, la obesidad, el tabaquismo, el estrés etc. De manera que se recomienda controlar periódicamente la presión arterial, la glucosa, el colesterol, disminuir el peso, dejar de fumar, evitar el exceso de alcohol y tener una vida más activa dejando el sedentarismo.
El diagnóstico de este tipo de demencia se realiza a través de una historia clínica completa en donde se van a consignar los antecedentes patológicos, alergias, hábitos nocivos (tabaco, alcohol y drogas si las tuviera) y las medicinas que recibe el enfermo, los síntomas y signos que presenta y se le debe de realizar una batería de exámenes de laboratorio que incluye hemograma, la glucosa, perfil renal, perfil hepático, perfil tiroideo y perfil lipídico. Se le debe solicitar una tomografía del cerebro para observar infartos, hemorragias, tumores, malformaciones si las tuviera o no. Finalmente se le debe de realizar unas baterías de test neuropsicológicos para descartar deterioro cognitivos, como el test de Folstein también conocido como el Minimental test, el test de MOKA, prueba de origen canadiense más específico para este tipo de demencias, estudio para descartar ansiedad y depresión, estudio de la conducta etc. Luego si reúne los criterios para este tipo de demencia es decir descartando que sea demencia Alzheimer u otro tipo de demencia, que tenga delirio o algún problema orgánico recién se le cataloga como demencia vascular.
No existe un tratamiento específico para este tipo de demencias, salvo el prevenir los factores de riesgo y el empleo de antiagregantes plaquetarios (fármacos que evitan que se junten las plaquetas evitando la formación del trombo plaquetario que obstruye la circulación) que han demostrado disminuir el riesgo de sufrir de infartos cardiacos y cerebrales, como la aspirina, ácido acetil salicílico (es más barato y utilizado), el clopidogrel etc. Están en estudio algunos fármacos con propiedades vasodilatadores como los derivados del óxido nítrico pero que aún están en estudio y no han sido autorizados para que salgan al mercado. Los demás fármacos con propiedades vasodilatadoras e irrigadores cerebrales que abundan en el mercado farmacéutico no han demostrado científicamente resultados medibles y comparables.
REHABILITACIÓN INTEGRAL
En demencias el tratamiento que ha demostrado tener mejor efecto son las terapias de rehabilitación integral como las realizadas por terapeutas físicos, terapeutas ocupacionales y terapeutas del lenguaje. Las terapias cognitivo conductuales realizadas por los psicólogos. Todos juntos de manera coordinada y en equipo interdisciplinario trabajan por un objetivo y una meta común que es el propio paciente, tratando que sea lo más independiente posible, postergando hasta donde sea posible (pues no se va poder detener) la dependencia y la postración. En este equipo interdisciplinario también participa la asistenta social, la enfermera y el nutricionista todos juntos trabajando de manera coordinada por bienestar integral del enfermo con demencia.
La demencia tipo Alzheimer sigue siendo la más frecuente, popular y estudiada en nuestro medio pero no por ello, la demencia vascular deba de ser ignorada o dejada a un lado, como médicos y especialistas en adultos mayores debemos siempre de tomarla en cuenta y en consideración.
Recordemos que ante todo la mejor medicina para las demencias y todas las enfermedades del adulto mayor continúan siendo el amor, la comprensión y el cariño que va a recibir el enfermo desde su familia, el hospital o centro de salud y de la sociedad. Recordemos que todos algún día vamos a llegar a viejos y nos gustará que nos traten bien, con amor y respeto. Por eso, tratemos bien a nuestros adultos mayores.
CARLOS SANDOVAL CÁCERES
Médico geriatra / pachogeriatra@yahoo.es
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